Lolita - Vladimir Nabokov

“Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante”.

¡Ay Lolita, Lolita, Lolita! Sandra volvió a caer muy ingenuamente por una portada bella con un patrón de fresas que sugieren erotismo y un color rosado que enamora (la edición limitada de Anagrama). Y es que a mí me venden una novela solo con un diseño editorial hermoso, la verdad sea dicha. Bienvenida Lolita al estante de mi habitación.

Lolita nos cuenta cómo Humbert Humbert comienza un romance con Dolores (12 años) y juntos emprenden un viaje por los Estados Unidos.

Para mi Lolita tuvo un inicio como no he leído en mucho tiempo con una prosa rítmica magnífica. También tuvo un final poderoso, apoyado en una imagen que conflictua el amor con lo que consideramos moralmente correcto. Lo amado, lo perdido y lo que nunca pudo ser. Además de un concepto de amor e inmortalidad en el arte, que va a hacer que recuerde a estos personajes por mucho tiempo, y no sólo yo, sino quien lea esta obra. Pero en el centro me resultó pobre, como una road movie (un género que no me gusta) sin sentido.

El fuerte de esta novela son sus dos personajes principales: la pubescente Lolita y el cuarentón Humbert Humbert. Al parecer Lolita, como personaje, es un retrato de los jóvenes estadounidenses en los 50s por lo que fue dotada con una actitud irreverente y grosera, además de ser insustancial y ¡jodidamente! superficial. Trataba de ser independiente y aparentar ser mayor, tanto con sus acciones como con su actitud. Aunque a mi me parecía insufrible, al final pude conectar un poco con ella por la destrucción sistemática de su vida y el final al que se vio forzada. Por otro lado Humbert Humbert, un hombre culto y del viejo mundo, se me reveló como un hombre mentalmente desequilibrado y como un pedófilo. El personaje cultivó una obsesión malsana por Lolita, un amor destructivo. Y pese a que él la evocaba con un sentimiento genuino, no cambia el hecho de que le arruinó la vida a una niña. 

Para mí, la historia fue absolutamente tristes. Sinceramente conecté con el relato del crimen de Humbert. Su soledad, su amor, su deseo enfermizo, su palpable egocentrismo y la profunda infelicidad que experimenta durante su vida. Es un personaje que, dentro de una máscara de moralidad, es capaz de casi cualquier cosa por Lolita y al mismo tiempo es quien más la lastimó. Me dolió que le haya hecho tanto daño pese a amarla obsesivamente. Por otro lado, Lolita nunca lo vio de verdad con los ojos de una amante, en parte por ser una niña  y en parte porque no compartía los afectos de H. H.

“La miré y la miré, y supe con tanta certeza como que me he de morir, que la quería más que a nada imaginado o visto en la tierra, más que a nada anhelado en este mundo”.

Aunque como pareja los voy a recordar por mucho tiempo (y no precisamente con cariño), voy a seguir desdeñando su viaje falto de objetivo y catalogado como "cultura de motel y del plástico". De habitación en habitación y de ciudad en ciudad la pareja se movió por Estados Unidos en un una actitud nómada aburridídima, con un millón de innecesarias descripciones del paisaje. 

Novokov habla, al final, que su libro no le agradó a muchos lectores por romper con los clichés del erotismo como género literario (escenas sexuales distintas entre una historia superficial de relleno) y por el tabú de la pedofília (en parte también incesto político). Textualmente el escritor afirma que "la obscenidad debe ir acompañada de la trivialidad, porque cualquier índole de placer estético ha de remplazarse por entero por la simple estimulación sexual que exige el término tradicional, a fin de ejercer una acción directa sobre el paciente". Pues no señor, el libro tuvo un excelente comienzo pero va en declive y sube de nuevo al final. Y mi queja no es la que el autor menciona sino el tiempo muerto que tiene. Lolita, para mí, es una novela de personajes. Realmente la trama no es fundamental pero se estanca y no avanza en la mitad. Resulta lento, con un montón de descripciones que sobran y, que en todo mi derecho como lector, me salté por momentos.

“Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista”.

Por otra parte, el libro también tiene mucho contenido de calidad y reflexiones del personaje que me recuerdan el porqué del aprecio de la crítica. Está escrito de un forma magistral y tiene unos juegos con el narrador que aprecié bastante. Comprendo por qué resulta una novela erótica como ninguna otra, pero, en mi opinión, le falta bastante para considerarla realmente buena.

«La obra más satisfactoria –quizá la única satisfactoria– de la literatura erótica que haya leído... Mientras nuestro siglo entra en sus años finales, la última carcajada puede ser la mejor de todas: la Gran Novela Americana fue escrita por un ruso» (Alan Levy).

Los invito a que le den una oportunidad si aún no la han leído y si ya tuvieron el placer pueden decirme en los comentarios qué les pareció. Nos leemos en una próxima entrada.